sábado, 14 de marzo de 2009

De la Dominación

La verdadera dominación, la dominación real y permanente del santuario donde nos ocultamos, podría ser simplemente un abstracto, absurdo y abstruso modo de librarse de la opresiva conciencia de nuestra total responsabilidad. Si un riguroso Osiris nos pesara ahora mismo, nos sería imposible explicar que estar en la búsqueda de tal dominación nos exime de lo que el dios pequeño y vanidoso en nuestro templo personal perpetra a cada instante, porque tal absolución no existe, porque hasta el más abstruso de los abstractos trucos que inventamos, no es más que un absurdo intento de obligar a la conciencia a no ver lo que ya sabe, pero, como todos sabemos, la conciencia no tiene párpados.

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