En aquella época comenzarán a vivir en frías cavernas de cemento y hormigón armado, aislados del día y la noche, y así harán uno tras otro por largos siglos. De tanto no ver la luz del sol comenzarán a contemplar las sombras en una pared, y a esas sombras llamarán 'pájaro' o 'bosque', y como tristes títeres aprenderán a distinguir los objetos en las imágenes de un artefacto prodigioso y cegador. ¿No te parece razonable, mi querido Glaucón, que esos hombres lleguen a creer que aquellos fantasmas que vean son cosa real y cierta?
de la "Alegoría de la Taberna", o un Sócrates ebrio y prospectivo