lunes, 28 de diciembre de 2009

Capitulación permanente

¿Y si no hay manera de escapar? ¿Y si más allá de las horas de desierto sólo hay negación? No habrá sosiego para el que la conozca. No habrá descanso para el que la desee. Sólo se decir que la añoro, que la deseo, que en el terrible segundo de los atardeceres me culpo por no conseguirla, por no atraparla. En el terrible segundo de las capitulaciones cotidianas y repetidas hasta la náusea, ves el desamparo de la derrota inexorable y de su insondable distancia. ¿Cuál es el camino hasta el alba gloriosa? ¿Qué nombre hay que tener en los labios? ¿Es que en verdad hay alguno? La vorágine de los objetos sólo consigue nublar deliciosamente el color de la pesadilla, el color de lo irreparable. ¿De qué es el precio esa clarividencia? ¿Qué es lo que estás pagando? Más allá de los placeres marcha el sol que ilumina más que las cosas, que quema los delitos y las pasiones, la luz que te deja desnudo. Si necesitas algo del anaquel, es que no eres más que otro pisapapeles, si añoras algo que está por encima de ti, entonces siempre será la hora para empezar a morir.

08-12-2009, 23:59

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